27 noviembre 2008

De un canalla rancio y apolillado… para el diputado de la Asamblea de Madrid, Pablo Casado Blanco


Olvidar lo malo también es tener memoria… Leo en la ponencia política de vuestro Congreso Regional que apoyáis a todas aquellas personas y pueblos que sufren la opresión de regímenes totalitarios. Quizás, por respeto deberíais añadir el verbo “sufrieron” a esta oración. Por respeto a la historia de este país, por respeto a esos jóvenes como tú, hombres y mujeres, que fueron cruelmente asesinados, que vieron truncadas sus vidas para siempre en las cárceles franquistas o en el exilio por luchar por la libertad… eso si, una libertad más solidaria que esa “otra libertad” que defendéis hasta la saciedad en vuestra ponencia. A mi entender no hay que pararse a valorar la corriente ideológica de los muertos antes de calificar un crimen como tal. Un crimen es un acto despreciable, cruel, cobarde… siempre. Y debe ser condenado siempre… Siempre.


Pensáis que no se deben “reabrir las heridas de nuestra historia”… No te confundas. Es imposible “reabrir” aquello que nunca se ha cerrado. No se puede, es más no se debe despreciar a las víctimas, no se debe enterrar su recuerdo. Recordarles es, al menos para mí, una obligación moral.



Cuatro apuntes más…

Primero. Algunos soñamos con construir un mundo mejor, mas justo, en el que todos los seres humanos seamos libres, iguales en dignidad, tengamos las mismas oportunidades… los mismos Derechos. Mientras nos queden fuerzas y libertad seguiremos persiguiendo nuestro sueño (que no es “amasar” dinero).



Segundo. Tener fe ciega en las consignas de Esperanza (como tú la llamas) os hace perder capacidad crítica… Y digo esto porque no contrastáis la información. Te explico, y cito textualmente: “La Comunidad de Madrid es un marco inmejorable para los jóvenes en cuanto a servicios públicos… se han construido once nuevos hospitales públicos...”. Perdóname pero he visto como vuestro icono “novedoso”, Esperanza Aguirre, destroza la Sanidad Pública madrileña. La he visto inaugurar y reinaugurar sus 7 nuevos hospitales públicos “de gestión privada”. Lo que me parece poco ético en vosotros que “defendéis la verdad frente a la mentira” es que veáis hospitales construidos donde, a día de hoy, hay solo solares… eso, amigo mío, es faltar a la verdad. Por lo menos os reconozco la decencia de no incluir el hospital de Valdemoro, en el que la gestión y el personal son completamente privados, en vuestras cuentas.


Tercero. Hay jóvenes que desgraciadamente “necesitan” del “paternalismo estatal”. Jóvenes que no tienen ”la suerte” de ser diputados de la Asamblea de Madrid con tu edad y cobrar tu nómina. Jóvenes cuyos “papás biológicos” no les pueden costear, por poner un ejemplo, los más de 7.000 euros que a ti te cuesta cada curso de la Licenciatura de Administración y Dirección de Empresas que estudias en ICADE (Matrícula: 673,20 € más nueve mensualidades de 726,00 € cada una) o el master en Gestión Pública de IESE, escuela de posgrado en dirección de empresas de la Universidad del Opus Dei de Navarra.


Cuarto. Resulta cuanto menos curioso, verte sentado en la foto al lado de Aznar y de Esperanza Aguirre y leer en vuestra ponencia: “Defendemos la verdad frente a la mentira”…




“La honestidad frente a la corrupción”… (y parto de la base de que la corrupción no tiene color político y de que todos los políticos no son corruptos)

“El esfuerzo y el mérito personal frente a la mediocridad y el clientelismo”... No hay peor clientelismo que el del político mediocre de turno, que tras abandonar su cargo, pasa por caja para recibir sus estipendios honorarios del amo-empresario al que sirvieron cuanto dirigían los destinos de tal ayuntamiento, tal Comunidad Autónoma o tal país…

Gracias diputado... Gracias a personas como tu soy consciente de que elegí la senda correcta... soy consciente del ser humano que no quiero ser.

Un saludo

P.D: El Che no era un santo... o sí, no lo sé. Pero luchó hasta las últimas consecuencias por sus convicciones. Luchó en Cuba contra el dictador Fulgencio Batista y murió en Bolivia luchando contra la dictadura del General René Barrientos Ortuño, el mismo que nombró al criminal de guerra nazi Klaus Barbie (Klaus Altmann) asesor de sus Servicios de Inteligencia. Según Amnistía Internacional, durante su dictadura, solo en el periodo comprendido entre 1966 y 1968 se ejecutaron entre 3.000 y 8.000 disidentes...

La revolución se lleva en el corazón, no en la boca para vivir de ella. Hasta la victoria siempre.

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