27 julio 2009

¡¡ Toño... vete ya !!

Hace ya unos días en un bar con blues de fondo, mi mejor amiga me decía que ya no había lugar para autocompadecerse, y que si nos iba tan mal y el resto del mundo iba resistiéndolo, deberíamos plantearnos si la culpa no sería nuestra o de nuestro planteamiento. Me preguntó de qué servia tanto esfuerzo, si no sería mucho más fácil nadar a favor de la corriente, dejarse llevar. No vacilé demasiado en mi respuesta:

“Más vale arrepentirse de lo que se hace mal, que de no hacer nada”. Denunciar las carencias del sistema sanitario público, su mercantilización, su politización… exigir un cambio de rumbo merece siempre la pena. Me alegro de no estar de acuerdo con ella. Hacerlo significaría aceptar que cualquier atisbo de ética o moral puede sucumbir ante la búsqueda insensible y calculada del beneficio propio, sin tener en cuenta ninguna norma fuera de esta regla.

Ya hace tiempo que huyo de buscar significados ocultos en los sucesos cotidianos. Pero no acabo de entender el empeño de CSIT Unión Profesional en proteger al gerente del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, Antonio Barba Ruiz de Gauna. A pesar de reiterar en sus comunicados de prensa su apoyo a los profesionales después de lo ocurrido en el hospital, no apoya ninguno de los comunicados y resoluciones del Comité de Empresa en los que se exige el cese del gerente, escudándose tras el argumento de que debe ser Güemes quien dimita.

El Gobierno de la Comunidad de Madrid ha sido
diligente a la hora de señalar un culpable de la muerte del pequeño Ryan. Es evidente que el consejero de Sanidad buscaba eludir las responsabilidades de la Consejería en el caso y sobre la cuestionada calidad de los servicios sanitarios que se prestan en la Comunidad de Madrid. Desmontar la Sanidad Pública, reduciendo (en teoría) los costes inconscientemente sin pensar en la reducción de la calidad y seguridad, es una irresponsabilidad muy grave por su parte.

Pero los máximos responsables de un Centro Hosp
italario están para lo bueno y deben estar también para “lo malo”. Son responsables, por eso están en la cima de las tablas salariales, y se hace necesario que asuman sus responsabilidades. Después de quince días su dimisión ya debería haberse producido. Decía que no entendía a CSIT-UP... Claro que Güemes debería dimitir… y Aguirre… ojalá… pero el gerente también… aunque después de leer esto entiendo que hay veces en las que desviar la atención preserva instituciones valiosas…

El incidente del 22 de enero de 1990 con el que CSIT-UP justifica la "lealtad" de Barba al Gregorio Marañón se conoce también como "la noche negra del Marañón":







En fin... Ojalá mi amiga se equivoque… Ojalá sea sólo cuestión, como dice Bunbury, de esperar a que sople viento a favor... y debe andar cerca el momento, ¡¡ joder que viejo estoy !!... me lo noto en los huesos… como cuando se acercan aires de tormenta….

Dulces sueños... Hasta ya...


12 julio 2009

Parad el mundo... que me quiero bajar


Querido blog:

Han sido precisos unos cuantos desengaños, otras pocas derrotas y desilusiones y un par de días sudando una mezcla de autocompasión y Jack Daniels para que me volviese a apetecer charlar de nuevo contigo...

Leo las declaraciones de Manuel Rodríguez, Secretario General de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de Comisiones Obreras de Madrid a Redacción Médica en relación con la convocatoria de huelga de la Coordinadora de Equipos de Atención Primaria y sobre su legitimidad a la hora de convocarla. Estoy empezando a sentirme mal... La cabeza me da vueltas, las formas se desdibujan difusas ante mis ojos... Un agudo malestar invade mi vientre; creo que estoy enfermando por momentos... Una irrefrenable arcada recorre mi tembloroso cuerpo... quizás fruto de su oficial y nauseabundo aliento...


Querido representante “oficial” de los trabajadores de la Sanidad Madrileña (que creo que no lo eres tanto, tendríamos que preguntar a la FSAP), los intereses de las cúpulas sindicales de los sindicatos presentes en la Mesa Sectorial de Sanidad (que por suerte no son los mismos que los de sus bases) y los del des-Gobierno de la Comunidad de Madrid, se encuentran entrecruzados por hilos invisibles (o no tan invisibles) que les atan. Aunque simulen enfrentarse entre sí, se insulten y desacrediten mutuamente para satisfacción del “vulgo”, cuando cesa el espectáculo circense, se reparten el pastel con total tranquilidad e impunidad, y acaban siempre perdiendo aquellos a los que, tanto unos como otros, dicen representar: los ciudadanos y los trabajadores.




Vuestro principal problema como cúpulas políticas y sindicales, es que vivís los problemas de los ciudadanos y los trabajadores DESDE ARRIBA Y DESDE FUERA, con la consiguiente merma de objetividad. Como sindicatos estáis fomentando y permitiendo la instauración de políticas que hacen a cada trabajador competidor y enemigo de los demás... estáis instaurando el reino de los trabajadores solos y mudos.

Por último... y no menos importante: ¿Crees que a lo que estáis haciendo en la Mesa Sectorial se le puede llamar negociación?


Manolo, como trabajador sanitario te digo: Si vosotros sois mis representantes... Parad el mundo... que me quiero bajar.



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Y ahora sí... Me permito hoy, la adaptación de unas líneas de la obra Patas arriba del maestro Galeano.

Sirvan de homenaje a todos aquellos que no son meros espectadores de lo que está sucediendo a su alrededor... a esas voces que no se dejan vencer por el desaliento, la desesperanza y la resignación, y que luchan con todos sus medios, cada día, contra la dictadura de la imagen única, de la palabra única, del área única... que luchan contra aquellos que han puesto por las nubes el precio de la libertad de expresión, que niegan la pluralidad de pensamiento, contra aquellos que acallan las voces que no son eco del poder, contra aquellos a los que se les llena la boca con la palabra libertad cuando la única libertad que conocen y defienden es la libertad de mercado, a la que muestran su adhesión mas inquebrantable... aquellos que entienden la libertad como un acto arbitrario y puntual subsidiario de sus intereses políticos o mercantiles....

A los que no se resignan... Va por ustedes...




ADVERTENCIA

La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, autoridad competente, advierte a la población que andan sueltos unos cuantos jóvenes cimarrones, matreros errantes, vagos y mal entretenidos, que son portadores del peligroso virus que contagia la peste de la desobediencia.

Afortunadamente para la salud pública, no es difícil identificar a estos sujetos, que manifiestan una escandalosa tendencia a pensar en voz alta, a soñar en colores y a violar las normas de resignación colectiva que constituyen la esencia de la convivencia democrática. Ellos se caracterizan por carecer del certificado de vejez obligatoria, pese a que, como es notorio, ese documento se proporciona gratuitamente en cualquier esquina de la ciudad o palenque del campo, en cumplimiento de la campaña “Mente anciana en cuerpo sano”, que nuestra Comunidad realiza con éxito desde hace ya algunos años...


Ratificando el principio de autoridad, y haciendo caso omiso de las provocaciones de esta minoría de alborotadores, el Supremo Gobierno de la Comunidad de Madrid deja constancia, una vez más, de su irrevocable decisión de continuar velando por el desarrollo de...



Eduardo Galeano

01 julio 2009

¿Demasiados funcionarios?



Hoy os traigo otro interesante artículo del profesor Vinceç Navarro que hace referencia a los empleados públicos ... Mientras tanto, aquí en Madrid, al Director General de la Función Pública,
Miguel Ángel López González, le sobran 10.000 empleados públicos (ya serán algunos miles menos, gracias a su demoledora política de Recursos Humanos para devastar los Servicios Públicos: restricción en la contratación, prohibición incluso para algunas categorías, amortización de puestos de trabajo, etc... En fin... Sin palabras)

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Este artículo muestra como el sector público está subdesarrollado en España, en contra de la visión promovida por el pensamiento liberal, que afirma erróneamente que está sobredimensionado. Este subdesarrollo, que es incluso más acentuado en los servicios públicos del estado del bienestar, es consecuencia de la escasez de ingresos al Estado, resultado de unas políticas fiscales regresivas. El artículo también señala como las CCAA son las que sufren más este subdesarrollo del sector público.

Existe una visión bastante generalizada en los forums conservadores y liberales (y también en algunos forums de izquierdas) de que el sector público en España está sobredimensionado. Es decir, se considera que la administración pública es demasiado grande, percepción que se ha incrementado a raíz del aumento del gasto público invertido (por parte de las CCAA y de los Municipios) en crear ocupación en los servicios públicos, como parte de la respuesta del Estado español a la crisis actual. Así, en los últimos días, han aparecido dos artículos, uno en El País, ed. Cataluña (titulado “Funcionarios”. 17.06.09), y otro en El Periódico (titulado “La cifra de funcionarios se acerca a la de empresarios”. 15.06.09), señalando la alarma de que el número de lo que tales artículos definen como funcionarios es casi idéntico al número de empresarios y autónomos en España. Estos artículos son representativos de una percepción bastante generalizada que requiere una corrección.



Tales tesis, y la evidencia que utilizan para apoyarlas, son erróneas. En primer lugar, lo que se define en aquellos artículos como funcionarios, no lo son. Las cifras que tales artículos citan corresponden al número de personas que trabajan en los servicios públicos (tanto del gobierno central y autonómico como del municipal), incluyendo los servicios públicos del estado del bienestar (tales como sanidad, educación, servicios sociales, escuelas de infancia, servicios domiciliarios, vivienda social) y los servicios generales (como correos, transportes públicos, servicios de seguridad entre otros). Estos empleados tienen varios tipos de contratos, siendo el funcionarial la minoría (un 28%). Es lógico que el número de personas que trabajan en el sector público sea mayor que el número de empresarios y autónomos. Ello ocurre en todos los países de la UE-15 (el grupo de países que tiene semejante nivel de desarrollo al nuestro). En realidad, España es el país europeo donde esta relación empresarios y autónomos versus empleados del sector público favorece más al primer grupo. Así, mientras que en España (2008) el porcentaje de personas adultas que son empresarios y autónomos es mayor (10,64%) que el promedio de la UE-15 (9,78%), el porcentaje de personas adultas que trabajan para el sector público es sólo el 9%, uno de los más bajos de la UE-15 (cuyo promedio es el 16%). En los países escandinavos es el 26% para Dinamarca, el 22% para Suecia y el 19% para Finlandia, estando éstos entre los países cuya economía es más eficiente y emprendedora en la OCDE, tal como señala el último informe sobre competitividad y eficiencia económica de la OCDE, publicado por el prestigioso Economic Policy Institute, de Washington. Una situación semejante ocurre, por cierto, en Cataluña, donde el número de empleados en el sector público es incluso menor. En contra de lo que dicen aquellos artículos, el problema que tenemos en España es el opuesto al que tales reportajes denuncian: el sector público está subdesarrollado en lugar de sobredimensionado.

La mayor causa del subdesarrollo del sector público es la falta de ingresos al Estado, consecuencia de la limitada carga fiscal, una de las más bajas de la UE. Es sorprendente que ello sea motivo de orgullo por parte de dirigentes del gobierno socialista español. Una de las causas de esta subfinanciacion del Estado español (sea central, autonómica o municipal) es el enorme fraude fiscal que, según los propios técnicos haciendistas de la Agencia Tributaria del Ministerio de Economía y Hacienda del gobierno español, alcanza la cifra de 88.617 millones de euros, fraude realizado a la Agencia Tributaria del Estado español (58.676 millones) y a la Seguridad Social (29.941 millones). Para darnos una idea de lo que estas cifras significan, tenemos que saber que España se gasta 58.000 millones de euros menos de lo que debiera gastarse en su estado del bienestar, para alcanzar la cifra del gasto público social per cápita que nos merecemos por el nivel de desarrollo económico que tenemos. La mayoría de este fraude procede del mundo empresarial y financiero: según las declaraciones de renta, los empresarios en España ingresan unos 6.000 euros menos que los asalariados. Ningún otro país de la UE se encuentra en esta situación. Por cierto, el Estado español es el que se gasta menos de la UE-15, 0,06% del PIB, en recoger impuestos (tax collection), cinco veces menos que Suecia (0,32%).



Esta actitud está dañando la calidad de vida de las clases populares de España y de sus CCAA. Estas últimas tienen la responsabilidad de gestionar sus estados del bienestar, con unos fondos que son claramente insuficientes. La cifra que el Estado ha citado para cubrir sus déficits (9.000 millones de euros) es, a todas luces, insuficiente. Mientras, se continúa la filosofía de no aumentar los impuestos (excepto en tabaco e hidrocarburos). Esta situación, si continúa, es potencialmente inestable políticamente. Es bien conocida la situación de que a mayor desigualdad, mayor criminalidad y mayor descohesión social. España, que es después de EEUU el país con mayores desigualdades de renta en la OCDE, es también el que se gasta más en policía y seguridad, siendo, después de EEUU, el país que tiene un porcentaje mayor de tal gasto (2,1% del PIB, EEUU 2,2%). En contraste, Noruega con un 0,9%; Suecia con un 1,3% y Dinamarca con un 0,9%, son los países que tienen menos gasto en policía y seguridad, y tienen menos desigualdades. España debiera corregir las excesivas desigualdades sociales mediante políticas fiscales progresivas, con incremento notable de su estado del bienestar, escasamente desarrollado. Esto implicaría una mayor carga fiscal sobre los sectores más pudientes de la población, con corrección del enorme fraude fiscal, incrementándose así la protección social, que permitiría una reducción de la excesiva protección policial. No hay duda de que España requiere una reforma de la administración pública, pero no en el sentido de reducir el excesivamente bajo empleo en su sector público.


Fuente: Vinceç Navarro


Publicado en el diario PÚBLICO, 25 de junio de 2009