Hace ya unos días en un bar con blues de fondo, mi mejor amiga me decía que ya no había lugar para autocompadecerse, y que si nos iba tan mal y el resto del mundo iba resistiéndolo, deberíamos plantearnos si la culpa no sería nuestra o de nuestro planteamiento. Me preguntó de qué servia tanto esfuerzo, si no sería mucho más fácil nadar a favor de la corriente, dejarse llevar. No vacilé demasiado en mi respuesta:
“Más vale arrepentirse de lo que se hace mal, que de no hacer nada”. Denunciar las carencias del sistema sanitario público, su mercantilización, su politización… exigir un cambio de rumbo merece siempre la pena. Me alegro de no estar de acuerdo con ella. Hacerlo significaría aceptar que cualquier atisbo de ética o moral puede sucumbir ante la búsqueda insensible y calculada del beneficio propio, sin tener en cuenta ninguna norma fuera de esta regla.
Ya hace tiempo que huyo de buscar significados ocultos en los sucesos cotidianos. Pero no acabo de entender el empeño de CSIT Unión Profesional en proteger al gerente del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, Antonio Barba Ruiz de Gauna. A pesar de reiterar en sus comunicados de prensa su apoyo a los profesionales después de lo ocurrido en el hospital, no apoya ninguno de los comunicados y resoluciones del Comité de Empresa en los que se exige el cese del gerente, escudándose tras el argumento de que debe ser Güemes quien dimita.
El Gobierno de la Comunidad de Madrid ha sido diligente a la hora de señalar un culpable de la muerte del pequeño Ryan. Es evidente que el consejero de Sanidad buscaba eludir las responsabilidades de la Consejería en el caso y sobre la cuestionada calidad de los servicios sanitarios que se prestan en la Comunidad de Madrid. Desmontar la Sanidad Pública, reduciendo (en teoría) los costes inconscientemente sin pensar en la reducción de la calidad y seguridad, es una irresponsabilidad muy grave por su parte.
Pero los máximos responsables de un Centro Hospitalario están para lo bueno y deben estar también para “lo malo”. Son responsables, por eso están en la cima de las tablas salariales, y se hace necesario que asuman sus responsabilidades. Después de quince días su dimisión ya debería haberse producido. Decía que no entendía a CSIT-UP... Claro que Güemes debería dimitir… y Aguirre… ojalá… pero el gerente también… aunque después de leer esto entiendo que hay veces en las que desviar la atención preserva instituciones valiosas…
El incidente del 22 de enero de 1990 con el que CSIT-UP justifica la "lealtad" de Barba al Gregorio Marañón se conoce también como "la noche negra del Marañón":
En fin... Ojalá mi amiga se equivoque… Ojalá sea sólo cuestión, como dice Bunbury, de esperar a que sople viento a favor... y debe andar cerca el momento, ¡¡ joder que viejo estoy !!... me lo noto en los huesos… como cuando se acercan aires de tormenta….
Dulces sueños... Hasta ya...
“Más vale arrepentirse de lo que se hace mal, que de no hacer nada”. Denunciar las carencias del sistema sanitario público, su mercantilización, su politización… exigir un cambio de rumbo merece siempre la pena. Me alegro de no estar de acuerdo con ella. Hacerlo significaría aceptar que cualquier atisbo de ética o moral puede sucumbir ante la búsqueda insensible y calculada del beneficio propio, sin tener en cuenta ninguna norma fuera de esta regla.
Ya hace tiempo que huyo de buscar significados ocultos en los sucesos cotidianos. Pero no acabo de entender el empeño de CSIT Unión Profesional en proteger al gerente del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, Antonio Barba Ruiz de Gauna. A pesar de reiterar en sus comunicados de prensa su apoyo a los profesionales después de lo ocurrido en el hospital, no apoya ninguno de los comunicados y resoluciones del Comité de Empresa en los que se exige el cese del gerente, escudándose tras el argumento de que debe ser Güemes quien dimita.
El Gobierno de la Comunidad de Madrid ha sido diligente a la hora de señalar un culpable de la muerte del pequeño Ryan. Es evidente que el consejero de Sanidad buscaba eludir las responsabilidades de la Consejería en el caso y sobre la cuestionada calidad de los servicios sanitarios que se prestan en la Comunidad de Madrid. Desmontar la Sanidad Pública, reduciendo (en teoría) los costes inconscientemente sin pensar en la reducción de la calidad y seguridad, es una irresponsabilidad muy grave por su parte.
Pero los máximos responsables de un Centro Hospitalario están para lo bueno y deben estar también para “lo malo”. Son responsables, por eso están en la cima de las tablas salariales, y se hace necesario que asuman sus responsabilidades. Después de quince días su dimisión ya debería haberse producido. Decía que no entendía a CSIT-UP... Claro que Güemes debería dimitir… y Aguirre… ojalá… pero el gerente también… aunque después de leer esto entiendo que hay veces en las que desviar la atención preserva instituciones valiosas…
El incidente del 22 de enero de 1990 con el que CSIT-UP justifica la "lealtad" de Barba al Gregorio Marañón se conoce también como "la noche negra del Marañón":
En fin... Ojalá mi amiga se equivoque… Ojalá sea sólo cuestión, como dice Bunbury, de esperar a que sople viento a favor... y debe andar cerca el momento, ¡¡ joder que viejo estoy !!... me lo noto en los huesos… como cuando se acercan aires de tormenta….
Dulces sueños... Hasta ya...
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