Defender la alegría como una trinchera…
Una noche más vuelvo a tus libros, a escudriñar tu alma. Yo, el acomplejado, el temeroso, el incomprendido, el raro… comenzando a vivir, como quien dice. En ti encuentra siempre sosiego el guerrero con las alas ancladas, encerrado dentro de las fronteras de mi debilidad… Corazón coraza…
Vuelvo a tus libros, a desplomarme en tus palabras… esas palabras que tanto temen los esclavos de sus silencios, de sus cobardías.. reos de su imaginación anudada. Vuelvo a admirarte… maestro… Hoy mi historia tiene una esquina rota…
No te rindas… allá donde estés… quédate conmigo amigo, maestro… recién empieza el gran combate.
Va por vos... Hasta ya
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y de la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar y también de la alegría
1 comentario:
Compañero de tantos y tantos momentos ... Lo que nos enseñaste siempre permanecerá...
No puedo despedirme sino con un
HASTA SIEMPRE
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